Libertad según el modelo dialéctico regresivo: la perspectiva del materialismo filosófico
Nuestro punto de partida no es otro sino el análisis y constatación de la estructura operatoria de las situaciones en las que podemos hablar de la libertad humana (situaciones jurídicas, tecnológicas, políticas). Pero la praxis operatoria no es una realidad simple. Es preciso proceder al análisis (regressus) de sus componentes transcendentales, es decir, dar cumplimiento al trámite ontológico; el regressus hacia los componentes transcendentales de la conducta libre se nos abrirá en dos frentes sucesivos: (1) Como análisis o regressus hacia la estructura causal determinista de toda operación, en tanto ella es un proceso dado en el mundo de los fenómenos corpóreos. En un mundo indeterminista, acausal, no tendría sentido hablar de operaciones. Y el determinismo más riguroso no constituye ninguna amenaza para la libertad operatoria, dado que las operaciones prolépticas tienen lugar a una escala (la de las clases normalizadas, por las normas) [233-235, 238, 120] distinta de aquella en la cual tiene lugar la causalidad; de la misma manera a como tampoco el regressus hacia los componentes moleculares de un lienzo de Goya compromete la estructura figurativa del retrato. (2) Como análisis regresivo hacia la estructura específica de la causalidad proléptica, en tanto esta causalidad, cuando se eliminan sus componentes mentalistas (los proyectos mentales o fines de la acción humana son reducibles a la condición de proyectos públicamente formulables) requiere, obligadamente, la apelación a la experiencia de la anamnesis intraindividual. Solamente en esa perspectiva pueden haberse fijado y disociado ciertas figuras o normas, capaces de aparecer como fines en el momento de la reproducción causal de las circunstancias pertinentes. Es aquí donde la antinomia de la libertad, tal como fue planteada por los teólogos, puede reconfigurarse como una antinomia real, es decir, como la posibilidad de subordinación de determinadas prolepsis personales a los planes o programas de otras personas, que acaso nos precedieron en siglos. La idea de alienación cobra en este contexto un sentido más preciso.