Culturas objetivas como sistemas morfodinámicos
No negamos todo sentido (gnoseológico u ontológico) a la idea de “identidad cultural”, sino a la tergiversación que, en forma de un mito, imprimen a esa idea determinadas élites de políticos o de ideólogos a su servicio. Pero la idea de una identidad cultural, en cuanto equivalente a la unidad de aquellas culturas objetivas que puedan ser consideradas como “unidades morfodinámicas”, tiene plena significación ontológica, al menos desde las coordenadas del materialismo filosófico. Denominamos “cultura morfodinámica” a la unidad del sistema constituido por la concatenación causal circular de un conjunto de contenidos culturales subjetuales, sociales y materiales, en tanto que una tal concatenación da lugar a un equilibrio dinámico de las formas a escala operatoria. Podrían ser ejemplos de cultura morfodinámicas: la cultura del Egipto faraónico de las cuatro primeras dinastías, la cultura griega clásica (o “cultura de la polis”).